Victoria Mori: la “ama” del hielo que es campeona mundial de aguas congeladas

La deportista tiene 25 años, es de la ciudad de San Lorenzo, provincia de Santa Fe, y tiene una tenacidad invaluable. Hace cuatro años llegó a la disciplina y terminó encontrando su lugar en el mundo: donde destaca y se conecta con su poder y sus posibilidades. 

 

Por Bárbara Dibene

Fotos aportadas por la entrevistada

Al buscar datos sobre Victoria Mori se abre un mundo nuevo. La competencia en aguas heladas es algo tal vez distante pero real, con cientos de personas que le dedican su vida a la disciplina y apuestan al nado en temperaturas de agua inferiores a los 5 grados, con trajes de baño estándar, entre otras características. Y ella, con tan solo 25 años, es campeona del mundo.

La joven nació en la ciudad de San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe, donde comenzó a nadar desde muy pequeña por cuestiones de salud y luego en forma profesional de adolescente. En diálogo con Transeúntes, recuerda que fue en 2015 cuando nadó por primera vez en aguas congeladas. “Fue en Hradec Králove, en República Checa. Aunque ya venía entrenando en agua ‘fría’ (16 grados, 12 o un poco menos) porque me estaba aclimatando para otras competencias de ultramaratón, también estaba buscando algo nuevo para hacer durante el invierno porque no tenía muchas carreras. Quería competir más seguido y surgió esto del ice swimming”. Y agrega: “Siempre me gustó el agua fría y poder competir en esta disciplina me causaba mucha intriga”.

Victoria -que además estudia Odontología- es muy tenaz, algo fundamental para poder sostener el entrenamiento, que en su caso consiste en diez sesiones de pileta por semana, cuatro de gimnasio, y en agua fría de una a dos veces dependiendo si hay o no competencia durante el fin de semana.

“Los tipos de entrenamiento en agua van variando dependiendo de la etapa en la que estoy. Ahora, a pocos días del campeonato mundial de aguas frías, estoy haciendo hincapié en trabajos de velocidad, trabajo en aspectos técnicos en las vueltas y largada”, detalló.

Y el tiempo apremia. Del 12 al 18 de marzo se llevará adelante la destacada competencia en Murmansk, en Rusia. Allí Victoria llegó a elite de la disciplina al consagrarse campeona en 2016 en aguas que tenían 2 grados bajo cero de temperatura en la distancia de 250 y 400 metros.

 

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Una sensación única

Cuando se le pregunta qué es lo que más le gusta de nadar en aguas congeladas, Victoria no lo duda y dice emocionada: “¡Me gusta todo!”. Luego, enumera: “Me gusta el frío, donde nado y la posibilidad de conocer lugares nuevos. También la gente, los otros competidores y las amistades que se forjan durante los viajes. El crecimiento que siento después de cada carrera”. En esa línea, la deportista reconoce: “Aprendo de mí, de mi cuerpo. Me da una sensación de poder y crecimiento increíble”.

El año pasado, tuvo una experiencia formidable en la Antártida. Marcó un tiempo de 12 minutos y 2 segundos para recorrer 1.000 metros de aguas heladas (-5º). “Siento que fue el mejor nado de mi vida. Igual todavía no creo que esto haya sido posible. Parece un sueño”, publicó en ese momento en sus redes sociales.

Victoria compite casi todos los fines de semana representando a Argentina y a equipos de República Checa o Alemania, dependiendo del evento. “Normalmente me siento muy contenta después de cada carrera, por varias razones. Tengo la sensación de superación, terminar una carrera a estas temperaturas no es fácil, requiere muchos esfuerzo físico y mental así que ya el hecho de terminar en buenas condiciones es mucho, seguido de esa sensación de haber dejado todo en el agua”.

Y agrega: “Físicamente en cada carrera la sensación varía. Muchas veces se siente mucho dolor en los dedos de las manos o pies… a veces te sentís con mucha energía post carrera por la adrenalina y sin ningún dolor. Lo que sí, a las horas se siente una fatiga bastante grande porque el frío le exige mucho al cuerpo en el proceso de recuperación,  entonces es muy normal sentirse muy cansado después de competir”.

Un mensaje para accionar

“El camino del deportista es un camino difícil, va a haber muchas piedras en el camino, muchos momentos en el que se van a sentir cansados, va a haber muchos tropiezos, pero en esos momentos hay que aferrarse a lo que uno quiere y darle para adelante, por que son parte del proceso de aprendizaje”, le dice Victoria a los más chicxs.

Y ante el próximo Día de la Mujer, el 8 de marzo, les pide a las niñas que “crean en ellas” y que “trabajen duro por lo que quieren y aman. A no bajar los brazos y pelear”. Ella nunca lo dejará de hacer.

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One Comment:

  1. Una genia y ejemplo para mí hija de 11 años q se animó a hacer el campeonato de aguas abiertas frías en Argentina

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