Arte con rigor científico: un argentino fue premiado en un concurso internacional por su camaleón de Madagascar

David Rojas Marquez estudió genética en Misiones, su provincia de origen, y se doctoró en Inmunología en la Universidad Nacional de Córdoba. Hace cuatro años se instaló en Canadá para seguir investigando, pero en el camino se reencontró con su pasión por el dibujo. En la novena edición de Illustraciencia ganó “Mejor Ilustración Científica” y obtuvo el premio del público.

Por Bárbara Dibene

Imágenes: aportadas por el entrevistado

La tecnología hoy en día es muy avanzada y nos permite observar cuestiones microscópicas y también tan lejanas como los eventos astronómicos. Sin embargo, siguen existiendo seres vivos y situaciones a las que una cámara no puede acceder, o ideas que solo pueden ser representadas a través del estudio y la creatividad de quien encara esa tarea. Ahí es donde cobra relevancia la ilustración científica y su capacidad para describir la naturaleza y ayudarnos a entender sus procesos. Haciendo memoria, ¿no recordamos claramente el orden de los planetas en el sistema solar, las capas de la Tierra y las partes de un árbol gracias a los dibujos en nuestros manuales escolares? 

Para David Rojas Marquez, doctor en Inmunología, el dibujo siempre fue un interés a la par que la biología, y por eso en su casa no faltaron las enciclopedias, los libros con animales y los documentales sobre la naturaleza. “Pero una vez que empecé a cursar la carrera, y ni hablar del doctorado, el dibujo fue quedando relegado, aunque de alguna forma siempre trataba de salir a la superficie, al menos en la cuestión visual. Reconozco que le ponía mucho trabajo a las presentaciones y a los póster, y me interesaba la parte de la divulgación del conocimiento científico”.

El investigador actualmente vive en la ciudad de Toronto, en Canadá, y estudia la biología celular de los macrófogos -células del sistema inmunitario que se localizan en los tejidos- en el contexto de infecciones, tema que desarrolla desde su estadía en Córdoba donde trabajó con el parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas. Curiosamente su mujer también se dedica a la problemática, pero desde la fisiología y reproducción de insectos, por lo que estudia a las vinchucas, insectos vectores del parásito.

La ciencia y el trabajo en el laboratorio son parte de la vida de David, que hace un año comenzó a plantearse cómo quería que fuera su futuro laboral y si era posible para él tener un lugar en el área de la divulgación. Así conoció la ilustración científica, según narra en diálogo con Transeúntes. “Un día mirando papers se me prendió la lamparita, me encontré con un review, que por lo general tiene ilustraciones muy copadas y me pregunté quién hacía esas ilustraciones. Me metí a investigar y me encontré con que la ilustración científica es una carrera bastante antigua si uno se pone a pensar; todos los investigadores plantearon sus descubrimientos en una hoja e hicieron esquemas, pero a los fines prácticos encontré que existían distintas carreras de ilustrador científico en varios países”.

Desde ese momento, no paró de buscar referentes y charlar con ilustradores de todo el mundo, como Julia Rouaux en la ciudad de La Plata, para entender más la disciplina e ir descubriendo cómo encarar su propio camino. Así llegó a una academia de ilustración en Madrid, España, y en octubre del año pasado comenzó una maestría en el tema, inclinándose por la ilustración científica (también existe la naturalista, que permite más libertad en cuanto al rigor científico). 

“Realmente me parece una disciplina preciosa. Con esto me fui reencontrando con la biología general, porque durante la formación fuimos dibujando de todo: plantas, bacterias, virus, microorganismos, animales, aves, mamíferos, peces, de todo lo que te puedas imaginar”.

Respecto al proceso de llevar adelante una ilustración científica, el investigador resalta que tiene que ser lo más precisa posible y por eso el relevamiento de información y la posibilidad de ir al campo es fundamental, aunque a veces esta última condición se hace difícil porque no se puede viajar o es complicada la observación de ese ser vivo en cuestión. “Antes de diagramar tenés que documentarte y en mi caso a veces fusiono cuatro o cinco fotos, como modelo, porque por supuesto hay toda una serie de precauciones en cuanto al derecho de autor”, explica David.

Animarse a concursar

Un docente de la maestría fue quien le propuso a David y también a sus compañeros y compañeras de clase que empiecen a participar de concursos, porque es un ámbito de muchísimo aprendizaje. Durante esas experiencias se conocen colegas, técnicas, ideas y se perfecciona el trabajar a partir de ciertas consignas y requisitos. 

Ilustraciencia fue el puntapié. Se trata de un concurso organizado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de España (MNCN-CSIC) y la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC). Este año tuvo su novena edición y David decidió participar con un camaleón pantera de Madagascar. “Siempre me han parecido alucinantes, al igual que un montón de seres vivos. Pero lo elegí por lo precioso de sus colores y sus adaptaciones excepcionales. Para el concurso había que escribir un pie de figura y yo destaqué su visión y movilidad, el tema de cómo dispara su lengua y el cambio de color en su epidermis”.

Finalmente, tras unas semanas durante las cuales la gente votó en el marco de una categoría especial, y la deliberación del jurado, su camaleón obtuvo este mes un doble reconocimiento. Por una parte, ganó el premio del Público, y por otra el de ilustración científica. “Se presentaron 528 trabajos así que mi meta en principio era quedar entre los finalistas, que fuimos 40 y fui el único argentino”, nos contaba antes de la noticia que lo sorprendió cerrando marzo con un gran impulso a su carrera.

Ahora, queda festejar y seguir encontrando su propia manera de ilustrar. “Me interesa perfeccionarme en los procesos, las cuestiones que no se pueden ver directamente con los ojos humanos y requieren de pensamiento abstracto. Son un desafío”, cierra David a más de 11 mil kilómetros que nos distancian, pero que sin embargo dejan que nos contagie su alegría.

*Para contactarte con David por cualquier idea de dibujo digital podés hacerlo a través de sus redes sociales: Facebook/Instagram: @darwid_illustration

¿Querés saber más sobre el camaleón pantera? David te lo cuenta
Los camaleones son un grupo de reptiles que despliegan 3 adaptaciones anatómicas excepcionales:

1. Estar dentro de su cerebro (1.a) sería como mirar dos peliculas diferentes al mismo tiempo en calidad HD. Cada ojo puede moverse independientemente del otro (1.b), sumando una amplitud visual de alrededor de 350°.

2. Una vez detectada su presa, el proceso entogloso (2.a) y el músculo acelerador (2.b) liberan su energía potencial y disparan la lengua con una aceleración de 1000m/s2.

3. Bajo estrés o épocas de apareamiento, los camaleones se comunican cambiando el color de su piel a través de arreglos celulares bajo su epidermis (3.a) llamados cromatóforos (3.b). Cada cromatóforo exhibe a su vez una capa de xantóforos, de eritróforos, de iridóforos, y una basal de melanóforos (3.c-f, respectivamente). Gracias a la combinacion de pigmentos y el rearreglo de los cristales de guanina (iridóforos), los cambios de colores se producen en pocos minutos.

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