En una emotiva jornada de reflexión, dos centros de investigación del CONICET instalaron un Banco Rojo 

Marina Peñalba, titular de la Dirección de la Mujer, Género y Diversidad de la ciudad de Berisso

Se trata del CEPAVE y el ILPLA que eligieron, de esta forma, conmemorar el Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Nota y fotos: Bárbara Dibene

El Banco Rojo simboliza, a nivel mundial, la lucha contra la violencia de género y los femicidios. Se trata de una iniciativa de concientización, información y sensibilización que hoy en día se materializó en cientos de bancos rojos en espacios públicos de todo el país. Esta vez, se suma uno al predio que comparten el 

Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores y el Instituto de Limnología “Dr. Raúl A. Ringuelet”, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el 25 de noviembre.

Este viernes 24, anticipándose a la fecha, se realizó una jornada en la que disertaron dos invitadas: Marina Peñalba, titular de la Dirección de la Mujer, Género y Diversidad de la ciudad de Berisso; y Julieta Elffman, periodista y divulgadora científica, e integrante del proyecto “Científicas de acá”. Más de cincuenta personas no sólo escucharon con atención a las invitadas, sino que aportaron sus reflexiones y preguntas.

Julieta Elffman, periodista y divulgadora científica, e integrante del proyecto “Científicas de acá”

La primera en tomar la palabra fue Marina Peñalba, quien compartió que en su Dirección se está trabajando con una agenda muy importante y advirtió que es momento de pensar, más que nunca, lo que tenemos por delante y cómo lo vamos a afrontar. En ese sentido, expresó con preocupación el cuestionamiento en los últimos días de las luchas de las minorías y la habilitación de discursos de odio. 

Luego, explicó el funcionamiento de la Dirección de la que es parte, subrayando que en los últimos años aumentaron las denuncias porque se sabe que “el Estado está presente”. Finalmente, manifestó que “hay que estar alertas” porque los costos de las crisis “los solemos padecer las mujeres”, y remarcó la importancia de que el Estado tenga las puertas abiertas.

Julieta Elffman, por su parte, dio cuenta de las desigualdades existentes dentro del sistema científico por cuestiones de género. Por ejemplo, que hay una mayoría de personal femenino entre las becarias y categorías iniciales de la carrera científica, y progresivamente se da un descenso de ese número a medida que suben los escalafones. En el mismo sentido, hay mayor cantidad de hombres en puestos jerárquicos en universidades, rectorados y otras instituciones educativas y científicas. También señaló que el sistema no tiene en cuenta, al momento de evaluar, el momento de la maternidad y la baja en la “productividad”.

La comunicadora también alertó sobre la crisis y el costo que pagan las mujeres en estos contextos, e invitó a tender redes y pensar en el “feminismo como espacio de resistencia”.

La importancia de la organización

María Eugenia Cano, doctoranda en Ciencias Naturales, es parte de la Comisión de Gestión de Políticas de Género y Violencia Laboral del CEPAVE, y una de las impulsoras de la colocación del banco rojo. Hace varios meses, su espacio articula con la comisión de género del IPLA y a partir de ese vínculo han organizado distintas actividades, desde talleres vinculados al género, como un mapeo colectivo, hasta la participación de la marcha del 8M.

María Eugenia Cano, parte de la Comisión de Gestión de Políticas de Género y Violencia Laboral del CEPAVE

“La idea del banco rojo la teníamos hace tiempo y cuando empezó a acercarse la fecha del 25 de noviembre se nos ocurrió que era muy significativo poder hacer la inauguración este día”, cuenta Cano. 

“Respecto a las oradoras, a Julieta la conocimos en un encuentro de popularización de las ciencias y enseguida nos dijo que sí a la idea de participar y poder hablar del rol de la mujer en la ciencia. Y el trabajo de Marina lo recomendó Jésicca Jara, del  Espacio de atención de Violencia Laboral y de Género del CCT CONICET La Plata, para que pudiera contar el aporte de la Dirección a nivel regional”.

Tras las disertaciones e intervenciones del público, los presentes tuvieron la oportunidad de votar una frase para el Banco Rojo entre cuatro opciones. La ganadora fue: “Nos enterraron, pero no sabían que éramos semillas”. 

“La jornada salió mejor de lo que esperábamos. Hubo mucha convocatoria y según los comentarios que escuchamos este tipo de intervenciones permiten el encuentro entre quienes trabajamos en el cotidiano y nos hacen reflexionar sobre la construcción de ambientes laborales. En este sentido, la lucha colectiva es muy importante cuando los tiempos son hostiles”, cierra Cano.

El banco se colocó en el predio que comparten el CEPAVE y el ILPLA

Pasaron por aquí y dejaron su firma...

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