Matar al pedo

matar al pedo

Por Daiana Gimenez

-Mataron al pedo- dijo Kevin Molina. Tenía problemas con la R. Él pensó con 5 años que esa bala perdida que tanto lo había asustado había matado a un perro. Pero con sus problemitas para hablar, sin querer acertó. Mataron al pedo a Kevin, a su tocayo, a su amigo.

4 años después Zavaleta perdió a éste Kevin.  Fue un tiro a la cabeza, al pedo también.

Era un morochito flaquito de ojos achinados. Le faltaba un diente pero vivía sonriendo. Iba a tercer grado y también participaba del espacio de apoyo, a metros de su casa, que crearon los vecinos del barrio después de la muerte de su amigo.

Los tiroteos son moneda corriente en la villa. En el primero de la semana, por miedo Kevin se había escondido debajo de una mesada. No quería ver nada. Se acurrucó ahí esperando que el tiroteo cese mientras los vecinos llamaban a Prefectura para que actuara, pero se quedaron en la garita de brazos cruzados mientras los narcos ajustaban sus cuentas sin importarles que se cruzara.

El viernes 6 de septiembre la segunda balacera de la semana estalló en la villa de Pompeya. Kevin Molina, con sus 9 años estaba jugando afuera de la casilla de la tira 6, atrás de la Plaza Kevin,  que llevaba ese nombre en honor al chiquito asesinado en el 2009 y que éste Kevin había ayudado a construir. Ahí, afuera de donde vivía con sus hermanos y su madre, una bala lo alcanzó.

Quizá sí este tiroteo se hubiera desatado fuera de Zavaleta hoy sería tema de debate en la agenda en los grandes medios, pero sólo La Garganta Poderosa, con su periodismo de rimas, lo contó entre tristeza e indignación

Toda Zavaleta está destrozada, llorando sangre y sintiendo que nada sirve para nada, que podemos marchar a tribunales o explotar en las redes sociales, pero seguiremos siendo “los marginales. ¿O van a decir que acaso fue un caso aislado? ¡Qué quilombo armarían si hubiera pasado en otro lado!- grita La Garganta en su Facebook.

No son casos aislados, que los chicos mueran en las villas es, lamentablemernte, bastante común. A Matías, al igual que a los Kevin, lo alcanzó una bala, a Luciano la policía. A María y Facundo la inoperancia y la falta de urbanización.  Quizá más anónimas son aquellas chicas atrapadas en la prostitución o aquellos que el Paco también los alcanzó. Estos son solo algunos de los casos que La Garganta desde su creación viene denunciando.

Otra de las revistas que viene denunciado lo que pasa en las villas es ¿Todo Piola?, una revista cultural creada dentro de una cárcel “a favor de que nos dejen a los villeros pensar y representarnos por nosotros mismos”. En su última editorial, ésta revista, encabezada por el poeta Cesar González, titulada “Lo que necesitamos es vida”, señala que hay “…muertos llenos de plomo policial, policía llenos de plomo villero, pibes llenos de muerte viejos llenos de muerte, viajes llenos de muerte…”.

Los medios hegemónicos ni los gobiernos de esto no hablan. Sólo son unos pocos medios, de origen villero, popular, los que gritan estas verdades. Pero nos los escuchan. Ni a los gritos de ¿Todo Piola? ni a los de La Garganta mientras siguen cayendo Kevins, Lucianos y Matías, al pedo.

Pasaron por aquí y dejaron su firma...

Alvaro Vildoza

Periodista y explorador audiovisual en Internet, siempre buscando hacer de Transeúntes, un sitio web innovador en la forma de contar el mundo.

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