Hace dos años, Paula y Fernando llevan adelante un espacio diferente, en el que el arte y la gastronomía se unen para incluir a todas las personas con amor y dedicación. El cambio social es su mayor apuesta.
Por Bárbara Dibene
Fotos: facebook oficial
Caminando por 54, a unos 200 metros de Plaza Moreno, una casa nos llama la atención. Los colores, los aromas, asomarse por la ventana y ver varias mesitas llenas de gente disfrutando un té, dibujando en los manteles de papel dispuestos para dejar un mensaje.
Se trata de “Índigo, arte y delicias”, el emprendimiento de Paula Padegimas y Fernando Bossi que nació de confiar en que era posible crear “un espacio atravesado por la gastronomía y rodeado de expresiones artísticas, talleres y cursos, para gestar una propuesta integral, abierta y disponible para el trabajo de diferentes personas vinculadas con la discapacidad, la inclusión social, el arte y la educación”.
Ella es artista plástica y él periodista, y a partir de sus profesiones habían tenido contacto con personas y familiares de personas con discapacidad en los diferentes lugares en los que trabajaban. Atentos, escucharon cómo un gran inconveniente era que faltaba un lugar donde compartir momentos fuera de casa. El sueño era construir ese lugar y “ser un factor de cambio en torno a la inclusión social de personas con discapacidad”. Y van en ese camino, su objetivo es el cambio social y la estrategia que encontraron fue combinar el arte y la gastronomía.
Es así que actualmente cuentan con los talleres artísticos inclusivos: Arte para niños, Dibujo y Pintura para adultos, Coro Índigo, Fotografía, Diseño Gráfico, Grabado y experiencias gráficas, y Cerámica. Además, su casa de té se encuentra abierta de martes a sábados de 16 a 21 horas, donde puede disfrutarse de exposiciones que se renuevan todos los meses. También realizan ciclos musicales y literarios.
“La experiencia propia nos permitió comprobar que desde el arte se pueden transformar realidades, situaciones, sensaciones y muchas veces estados que están determinados por diagnósticos médicos. Porque el arte permite igualar las oportunidades a través de un mismo lenguaje expresado por los diferentes sentidos, permite desarrollar la capacidad de pensar en el otro y de incluir las diferencias para enriquecernos a todos por igual”.
Segundo aniversario
Hoy viernes 12 de agosto a las 20 horas, realizarán una subasta de 24 obras realizadas por diferentes artistas que fueron convocaron con un mismo formato de soporte. La propuesta fue que crearan a partir de los conceptos de índigo e inclusión.“La exposición que se gestó refleja 24 miradas, 24 obras, 24 formas de decir lo mismo”.
El objetivo de la subasta es recaudar fondos para la tramitación de la personería jurídica de Índigo y a su vez poder aportar al conocimiento de diferentes artistas que los han apoyado.
Te invitamos a acercarte a calle 54 número 1031 entre 15 y 16, y disfrutar de la calidez del lugar y de sus anfitriones.
¿Por qué Índigo?
“El nombre surge a partir del concepto de “Niños índigo”, que es utilizado por una corriente científica opuesta al darwinismo para referirse a niños que representarían un estado superior de la evolución humana asociada a un avance espiritual, ético y mental. Dentro de esa nueva era del pensamiento científico, hay quienes sostienen que estos niños poseerían una mayor capacidad de empatía o una creatividad incrementada y adoptan el adjetivo índigo, referido al color, a partir de la creencia de que tendrían un aura de ese tono de azul.
Retomamos de toda esta corriente, la capacidad de empatía o creatividad incrementada entendida como un patrón de comportamiento común a todos los seres humanos que a través de su posibilidad de potenciamiento, puede ser generador de grandes cambios a nivel social.
A su vez, el hecho de retomar el color índigo, dentro de la gama de los azules, refiere a la conceptualización general que se ha utilizado para distinguir las diferentes discapacidades a nivel mundial”.