Darío Nudler Cabrera es periodista, licenciado en Sociología y un escritor con ganas de contar historias. Su proyecto nació de ese deseo y se concretó en un sitio web que apuesta a despertar el interés y la creatividad de los más chicos con cinco historias inéditas. Sofía, su hija, se lleva los méritos por las ilustraciones.
Por Bárbara Dibene
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Darío Nudler
Hace cinco años, Darío Nudler Cabrera estaba leyendo un libro infantil junto a su hija Sofía cuando lo asaltó un pensamiento que ya no lo abandonaría: “yo puedo hacer algo diferente”. A partir de allí fue inevitable que una primera historia cobrara forma en su cabeza y se decidiera a escribir.
“Comencé por borradores que sometí a las opiniones de gente muy diversa. Las devoluciones siempre fueron buenas y me permitieron ir encontrando mejores caminos o corrigiendo detalles para contar lo que quería de una manera que les resultara atractiva a mis pequeños lectores”, recuerda Darío, que se define como periodista, sociólogo y un apasionado del fútbol y la lectura.
Aunque hizo un primer intento por acercarse a las editoriales, Darío decidió que Internet podía darle el espacio necesario para difundir su trabajo, ya que su intención “era transmitir un mensaje constructivo que fuera leído y fomentara la imaginación y la reflexión en chicos y grandes”. Así nació Cuentos por Contar, un sitio con cinco cuentos inéditos -‘bien actuales’ define el autor- que pueden leerse o escucharse en la voz de una narradora, y que están acompañados por ilustraciones que pueden descargarse para imprimir y colorear.
En vistas de conformar el equipo, Darío le preguntó a la pequeña Sofía si quería dibujar las historias, ya que desde temprano “se destacaba por su habilidad con el lápiz”, y ella aceptó. Luego contactó a la diseñadora Ana Remersaro para crear el sitio, a la actriz, docente y narradora oral Ana Padovani, que interpretaría las historias con su voz, y al editor Paolo Menghini para trabajar en la ambientación de los audios.
Sus cuentos son leídos hoy por los usuarios que ingresan más de mil veces al sitio por día, y dejan comentarios que hacen feliz a Darío. “Disfruto mucho de tres momentos: cuando surge una idea interesante, cuando la convierto en una historia escrita y cuando esa historia es celebrada por cada pequeño gran usuario que lee o escucha uno de los cuentos”.
La felicidad de Darío tiene que ver con su relación con la palabra, que entiende como aquello que “nos permite trascender fronteras, darle forma a nuestros sueños y deseos. Por eso es tan importante utilizarla y darle valor”. En sus recuerdos aparece la casa de sus padres -ambos lectores y escritores- donde “se respiraba periodismo, pero también arte, ciencia y filosofía”. Puntilloso recuerda juegos en los que escribía en cuadernos nombres de personajes y resultados, historias. “Me apasionaba la literatura y la matemática. Mafalda me acompañó en esos primeros tiempos como lector. De adulto, estudiando sociología, leía muchas novelas. Kafka y Kundera eran mis preferidos”.
El futuro
Darío anticipa que su equipo ya está trabajando en una segunda tanda de cuentos y espera publicarlos a fines de marzo del año próximo, cuando el sitio cumpla un año. Además de Ana, habrá otros narradores orales y seguirán los bellos dibujos de Sofía.
“Mi objetivo es que niños y adultos disfruten las historias, alimenten su imaginación y establezcan una relación más cercana entre ellos con las nuevas tecnologías como intermediarias. Soñar, pensar y crear son verbos que nunca deben faltar”, dice Darío, que se siente realizado “como persona que pretende dejar algo de valor en este mundo”.
Y finaliza: “no hay nada más lindo que regalarle a los otros lo mejor de uno y ver que uno les está abriendo puertas a los chicos para que caminen de la mano de la imaginación y atraviesen las fronteras que muchas veces limitan nuestro pensamiento para hacer de este mundo un lugar mejor, más inclusivo y tolerante”.