Espacios culturales en espera y una red solidaria que se fortalece para salvarlos

Público feliz en una noche de música en C Est LaVie, en un lejano febrero. Foto: Facebook

Con el comienzo de la cuarentena el 20 de marzo pasado muchas actividades comerciales y artísticas se vieron truncadas. Desde entonces, los centros tuvieron que recurrir a la inventiva y la adaptación para ‘bancar los trapos’ hasta que el arte pueda ser compartido otra vez a menos de un metro de distancia. 

Por Bárbara Dibene

“Que la salida es colectiva quienes vivimos de la autogestión ya lo sabemos”, dijeron los representantes de más de una docena de espacios culturales de la ciudad de La Plata en un video que a fines de abril comenzó a circular en redes sociales. Su objetivo fue hacerse visibles y mostrar que en el marco del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, que rige desde el 20 de marzo, enfrentan una crisis sin precedentes y necesitan que los lazos que construyeron durante años de sostener sus proyectos sean todavía más fuertes. 

Gonzalo de La Bicicletería, Natalia de C Est LaVie y Emilia de Laberinto Casa Club, conversaron con Transeúntes sobre la situación actual que atraviesan sus espacios, regida por la incertidumbre en materia económica -con las implicancias para el pago de sueldos, alquileres y servicios- y también por la esperanza de volver a cierta normalidad, o de poder construir otra diferente, donde las conexiones y el compartir sigan marcando el ritmo. 

“Cuando nos enteramos que se instalaba la cuarentena las primeras horas fueron bastante críticas. Vimos que no íbamos a poder abrir durante un tiempo”, recuerda Gonzalo, de La Bicicletería, Creación Colectiva, ubicada en Barrio Hipódromo. Hasta ese momento la oferta, que incluía la gastronomía, era de música en vivo, obras de teatro y títeres, y talleres, entre otras opciones. “Armamos entonces una propuesta de comida para llevar y empezamos a repartir. Y es increíble pero nos metimos en las casas con la comida. La gente empezó a subir historias de la comida de la Bici y me sorprendió el viraje de poder mantener la relación a la distancia”.

La Bicicletería, Creación Colectiva, se vuelca a su propuesta gastronómica y sueña con volver al espacio y el arte. Foto: Facebook

En C Est LaVie, las primeras horas también fueron cruciales. Funcionando en 55 entre 17 y 18, el espacio también tenía una fuerte apuesta a los espectáculos en vivo y los talleres, pero ahora tuvo que reorientarse. Natalia cuenta: “Al principio no pensamos que podía ser tan drástico todo, por lo menos yo, así que si bien sabíamos que teníamos que pensar algunas cosas para sostener el espacio, las charlas fueron más ligeras. Hoy con el tiempo nos pusimos más creativxs y estamos armando nuevas maneras de hacer contención y sostén del espacio”. Es así que ahora se puede ayudar con una “membresía anual”, para que los interesados se conviertan en socios y puedan aportar con su cuota; también han hecho una rifa con gran repercusión, “y ahora también vamos por unas compras a futuro. Vamos sumando estrategias todo el tiempo. Y viendo que va resultando mejor”.

Por su parte, en Laberinto Casa Club, cuya sede está en 13 entre 58 y 59 y ofrecía talleres, ciclos artísticos, exposiciones y conciertos, tampoco imaginaban que la situación por el coronavirus se extendería durante tanto tiempo y sería tan drástica. Emilia recuerda que “lo primero que hicimos fue pensar cómo íbamos a recaudar el dinero que pensábamos juntar en las fechas suspendidas. Y organizamos una invitación de aportes al público en general que continúa vigente y sigue siendo nuestro gran fuerte en la posibilidad de financiar los gastos básicos como alquiler y servicios”. También reconoce que hubo una buena respuesta del público, y que para ella y para quienes trabajan en lo cultural, no es una sorpresa, ya que siempre existió “la necesidad de contribuir mutuamente en sostenernos”. 

Con esta idea de apoyo permanente del público, los artistas y los integrantes de cada espacio, coincide Gonzalo, quien destaca que la gente “nos dice que le estamos poniendo mucha garra. Nos quieren. El público de los espacios culturales banca”. Asimismo, reconoce el valor del trabajo conjunto: “Les compañeres son un importante grupo de contención. No sentirse soles”. Y Natalia también reflexiona: “La verdad que es increíble la familia y la red de amor que hemos construido en estos 9 años. Tenemos todo el apoyo no solo de les artistas sino de la comunidad entera”.

Juli Celle en el ciclo de lectura en Laberinto Casa Club, que ahora encuentra su versión virtual. Edición 7/12. Foto: Facebook

Y mientras la cuarentena sigue, con el distanciamiento social y sus restricciones, estos espacios comienzan a buscar alternativas para no solo sostenerse económicamente, sino poder comenzar a crear propuestas artísticas y sociales, que justamente son su razón de ser. En ese sentido, Emilia cuenta que en Laberinto Casa Club impulsaron un ciclo online de lecturas de textos y poesías, llamado “todxputxs”; están trabajando para terminar un calendario de fotos realizadas por Ayelén Rodríguez, que se podrán comprar y recibir en físico; y también “desde la Biblioteca Osmiornica estamos dando talleres online sobre la obra de Miyazaki, Ver y Poder, cine amateur, Escritorxs Fantasmas, Lectura de horror folk y pronto se vienen más, además de encuentros de estudio y actividades para socios”. Y agrega: “Desde La tejedera estudio de tatuaje están saliendo rifas para tatuarse postcuarentena. Y ya estamos organizando todo para hacer delivery con Pócimas veganas que hace poco abrió sus puertas en nuestra casa”.

En cuanto a la “normalidad”, la esperan con ansias aunque no saben cuándo podrá ser posible. Gonzalo piensa sobre ese momento: “Deseo estar a la altura de las circunstancias. Que el proyecto se pueda adaptar. Espero poder darnos abrazos, que la gente no tenga miedo. Creo que vamos a salir más hermanades. Imaginamos nuevos formatos para seguir en contacto, aunque todavía no lo podemos pensar. Estamos en el día a día”.

Emilia, en tanto, espera “volver pronto a la realidad física para disfrutar de nuestro espacio, nuestras comidas, e intercambios, pero seguimos online”. Y Natalia cierra: “Mi mayor deseo es volver a abrazarnos con nuestros amigues y público. Volver. Habitar la casa, el escenario. Aprendimos que no hay nada mejor que tocarnos, mirarnos a los ojos, sentirnos. Y fortalecimos no solo el vínculo laboral sino el amor con toda esa gente que nos está esperando. Si antes éramos fuertes. Ahora somos invencibles”. Compartimos su deseo. Que volvamos pronto con el cariño y el arte para superar los miedos.

OTRAS FORMAS DE AYUDAR

Semanas atrás, varios centros culturales de La Plata se unieron para mantenerse en contacto y poder compartir recursos útiles, según contó Emilia. En ese marco, está operativo un mapa de donaciones ( https://donacionescuarentena.sutty.nl/ ) para sumar voluntades y conseguir alimentos, productos de higiene, aportes de dinero y otras cuestiones necesarias para las comunidades trans, travestis, las presas, los comedores, los migrantes y los manteros, sectores sumamente afectados por la cuarentena ya que se vieron imposibilitados, en la mayoría de los casos, a tener fuentes de ingreso.

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